dissabte, 24 de març del 2012

Conociendo a Sissi


 Casada desde los 16 años con el Emperador Francisco José, a los 25 años Sissi empezó a obsesionarse con su figura que quería mantener perfecta, según relata el libro Programas de las dietas de Sissi, que acaba de publicar la editorial austriaca Amalthea, de la escritora Gabriele Praschl-Bichler.

 Con el enfermizo fin de mantener su peso de 50 kilos (repartidos en una estatura de 1,72) y de guardar su cintura de tan sólo 47 centímetros, Sissi se inventó una serie de dietas de adelgazamiento y hábitos alimenticios. A falta de especialistas en nutrición, que no existían en su época, nadie podía decirle a la emperatriz que su cuadro correspondía al de una enferma bulimaréxica. La palabra comprende a los aquejados de las dos enfermedades nutricionales más extendidas del Occidente actual: la bulimia y la anorexia.Se observa en personas propensas a los atracones de comida compensados con la obsesión compulsiva de hacer ejercicio. Sus comportamientos obsesivos no sólo afectaron a sus dietas sino también a sus ocupaciones diarias, marcadas por un frenético afán de moverse, de no sentarse, de andar horas y horas por el monte y de montar otras muchas horas más a caballo. El desencadenante principal de esta recalcitrante manía de mantenerse bella y delgada surgió a raíz de sus tres primeros embarazos. Sissi no sólo no deseó jamás descendencia.Además aborrecía a los niños y odiaba el olor de los bebés.

 Las torturas a las que sometió su cuerpo grácil no solo atentaron contra su salud, sino que además aumentaron su irritabilidad y le provocaron insomnio. Un consomé compuesto por una mezcla de carne de ternera, pollo, venado y perdiz; carne fría, sangre de buey cruda, leche, tartas, pasteles y helado constituyeron los alimentos principales de la Emperatriz. Prescindió durante casi toda su vida adulta de verduras y de fruta, a excepción de las naranjas. Su especial relación con Hungría, país del que fue reina, es de sobra conocida. No sólo adoraba el ardor y la vivacidad de los húngaros, sino que además influyó decisivamente en el importantísimo acuerdo que se firmó en 1867 entre Austria y Hungría, conocido como el Compromiso Austro-húngaro, por el que se creó la doble monarquía conservando cada estado su propia administración e instituciones. A su preferida, Valéry, la llamaba «mi hija húngara», por haber nacido en ese país. Casi todos los diarios escritos por Valéry hacen mención especial a los arranques de apetito que de vez en cuando tenía su madre.

Cuando Sissi se juntaba con sus hermanos ingería grandes cantidades de chocolate, tartas de crema y helados (su preferido era el de violetas). Los atracones de pasteles los compensaba con singulares dietas creadas por una terquedad inusitada y una voluntad férrea. Las más conocidas consistían en un revuelto de cinco o seis claras de huevo con un poco de sal, o en el caldo que desprende la carne cruda, líquido que llegó a tomar a diario en los últimos años antes de ser asesinada en Ginebra en 1898 por el anarquista Luigi Lucheni, quien en realidad planeaba un atentado contra el pretendiente al trono francés, Henri de Orléans.

 El kéfir, una bebida láctea espesa fermentada por bacterias y hongos que en aquella época era muy conocida en Rusia pero no se consumía en Centroeuropa, fue otro de los alimentos que incluyó pocos años antes de su muerte en sus curas de adelgazamiento.Otro de sus experimentos más conocidos fueron las «curas de la glándula tiroidea» a base de un líquido que procedía de glándulas tiroideas animales La emperatriz díscola encontró en la gimnasia una actividad cotidiana que extendía de manera compulsiva a lo largo de varias horas, algo inusual para una dama de su tiempo. En todos los palacios en los que llegó a pernoctar mandó colocar espalderas, anillas y escaleras. Sus paseos de seis horas por el monte inspiraban las quejas más asiduas de sus damas de compañía y personal de seguridad, que no podían seguirla. Vencer las laderas escarpadas era su debilidad, y las coronaba gracias a su frenética y exaltada necesidad de movimiento. Sissi prohibió colocar sillas en sus salas de audiencia y dicen que andaba de un lado a otro mientras escuchaba a las visitas. Su vanidad se acrecentó a lo largo de los años y ni siquiera las noches le proporcionaban el merecido descanso. Para preservar su figura decidió ceñir sus caderas con paños húmedos varias veces por semana. Sus actividades corporales compulsivas y su estrechez de miras a la hora de alimentarse acrecentaron un carácter ya de por sí neurasténico, afectando negativamente a su salud. Sissi sufrió reúma, neuritis y edemas por todo el cuerpo, causados por su ayuno flagelante. A partir de los 50, el cutis de Sissi estaba muy deteriorado, motivo por el cual siempre llevaba velo. Las últimas fotos o cuadros que se hicieron de la emperatriz datan de cuando tenía 30 años. Tras cumplirlos se negó a posar más, y su pésima dentadura nos ha privado de imágenes risueñas. Hace años, una exposición organizada en Austria rompía con la aureola romántica tejida alrededor de la emperatriz, sobre todo a raíz de las películas protagonizadas por Romy Schneider, y mostraba el contenido del botiquín que solía llevar en sus viajes.En él no faltaban un frasco de morfina ni la jeringuilla para la cocaína.



5 comentaris:

  1. Apenas me informe de todo este mundo, la princesa Sissi me causo mucha curiosidad, porque m demostraba que lo que me pasaba no era para nada mal, ni tampoco un mal exclusivo del Occidente actual. Siempre me pareció una princesa muy glamourosa, delgada y perfecta; pero ahora que leo lo que comía, realmente me da un poco de cosa. Yo no hubiese podido tomar un trago que ha sido hecho con las glandulas de animales. xD
    Pero, mas alla de eso, esta mujer me demuestra siempre han existido estas enfermedades. Y que trasciende epocas.

    Espero que estes bien, hermosa! ^^
    Gracias por comentarme! :)

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  2. Guau!! No tenía ni idea de cómo había sido la vida de esta emperatriz. Está claro que estaba enferma, pero claro, a ver quien le llevaba la contraria, no?

    Normalmente pensamos que la bulimia o anorexia es una enfermedad moderna, pero está claro que la hubo siempre. Es verdad que quizás ahora esté algo más extendida por la población, pero siempre hubo personas que se obsesionaban con su cuerpo.

    Bss

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  3. Me dieron asco muchas cosas que comía o bebía... sería bueno que supieran esto las personas que creen que los trastornos alimenticios son una "enfermedad moderna" y sólo les pasa a las adolescentes. No sé qué es peor, sinceramente, si una chica de 15 o una mujer de 40. En un instituto al que asistía conocí muchas mujeres y algunos hombres con estos problemas. Ni siquiera sé cómo va a sonar lo que diré, pero todo eso me dejó un sabor muy extraño. No sé si es egoísta o qué será... es que viendo a las chicas de 15 que eran llevadas por sus padres, los que se preocupaban y las ayudaban, ellas no tenían que pensar en nada más que en su tratamiento y dejar de que las lleven y vayan a buscar a diario. En cambio las mujeres de 40 iban solas o acompañadas de alguien, pero es diferente. Creo que de alguna forma pensé que es mejor recuperarse apenas aparece y te comento esto a raíz de tu entrada y algo que justamente pensé hoy: estaré toda la vida dependiendo del conteo de calorías y mi cuaderno? y no dejó de darme vueltas una frase de uno de los psicólogos: "las chicas que se van sin recuperarse o no prestan atención para evitar recaer, terminan volviendo. Cinco, diez o quince años después. Pero vuelven".
    Es triste que esta princesa (en el sentido real, claro) haya vivido con esto la vida entera. Y es triste que nos haga "bien" vivir así, pero dá miedo si pensamos que un día podemos mirar atrás y decir "cómo pude vivir toda mi vida con esto?" :/

    Comenté un montón!! seguro me fui por las ramas, me suele pasar jaja!
    Un beso enorme :)

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  4. Privatizo el blog. Si querés leerme mandame tu dirección a flynnsdarkside@hotmail.com así te invito.

    Un beso!

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  5. Que fuerte! Jamás hubiera imaginado que detrás de la magnífica sissi que nos pintan en las películas estaba esta historia! Parece increible!

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